SAN MARTÍN DE TOURS DESTITUIDO POR FRANCÉS Y MAL FEDERAL
El Decreto que da origen a esta nota es una obra maestra de humorismo – y como
tal podría haber sido una de las bromas de Rosas –, pero no existió jamás y no se encuentra en el Registro Oficial. Solamente existe en los textos escolares, en las narraciones históricas de época, en la enseñanza de los profesores ascuosos y últimamente en las revistas de docencia universitaria.Dice así:¡Vida la Federación!Buenos Aires, 31 de julio de 1839. Año 30 de la Libertad, 24 de la Independencia y 10 de la Confederación Argentina.
Considerando el gobierno:
1º Que este pueblo, puesto desde su fundación bajo la protección del francés San Martín, obispo de Tours, no ha podido lograr hasta el presente verse libre de las fiebres periódicas escarlatinas, ni de las continuas secas y epidemias que handestruido en diferentes épocas nuestros ganados; ni de las crecientesextraordinarias de nuestros ríos que destruyen casi anualmente multitud de obras y edificios litorales de la población; y que aún la viruela ha venido últimamente a desaparecer con el solo descubrimiento de la vacuna, sin que el Patrón hayahecho jamás diligencia alguna eficaz y sensible para librarnos de esta horrorosa calamidad.
2º Que para las invasiones de nuestros indios fronterizos y guerras civiles yextranjeras con que nos hemos visto afligidos, hemos tenido que recurrir, en lasprimeras a nuestra sola Virgen de Luján: y en las segundas a la Virgen delRosario y de las Mercedes y a Santa Clara, virgen también, con cuyo únicoauxilio hemos triunfado, mientras que nuestro Patrón francés se ha estadotranquilo en el cielo sin prestarnos el menor patrocinio como era su deber.
3º Que abandonados hoy por él, cuando nos vemos atacados por enemigosexteriores y poderosos, en que parecía más propia su protección como militar, yprescindiese de toda afección de paisanaje francés, ha descuidado hacerlo con una parcialidad reconocida, y ha sido preciso que San Ignacio de Loyola, conaquel heroísmo noble y caballeresco que le distinguió cuando vivía en el mundo,e inclinado no más que de su inclinación al suelo americano, a suya, población yconquista concurrió con un hermano suyo, y donde sus hijos tuvieron despuésfundadas unas misiones lucrativas para su orden, y de las esperanzas fundadasque se le han dado de restaurarla en el presente, haya salido en su vez a nuestradefensa en dos veces consecutivas: facilitándonos en sociedad con la Virgen delRosario la destrucción de un ejército inglés de once mil hombres el 5 de julio de1807, y varando los buques franceses del injusto bloqueo que estamos sufriendo,como lo hizo el año pasado el 31 del mismo mes de julio, aniversario de su ascensión a los cielos.
4º Que es un deber del Gobierno con la Suma y Omnipotencia del Poder Público que inviste, y en virtud del Alto Patronato que se ha reservado en todas las iglesias de la república para solas estas restauraciones provechosas, restaurartodas las cosas sagradas y profanas, civiles y religiosas en beneficio del Pueblo;purificando la administración de los malos servidores extranjeros unitarios, vivoso difuntos, y premiando los buenos servicios de los buenos servidores de la Causa Santa y Nacional de la Federación.
5º Que los que ha prestado en este orden en el año próximo pasado, y los que esperamos que nos continúe en el presente, el célebre militar español San Ignaciode Loyola, son tanto más meritorios cuanto han sido voluntarios, realzando así noblemente los que prestó su ilustre hermano d. José M. de Loyola en la,conquista del Paraguay; y que, además de todos esos méritos y servicios, se hallahoy arraigado y naturalizado en la República con casa y familia propia, cuyacalidad no concurre con el Patrón extranjero que hemos tenido.
Por estas consideraciones
”Ha acordado y decreta:
Art. 1º – Habiendo perdido la confianza del Pueblo y del Gobierno el francés unitario San Martín de Tours, que ha sido hasta hoy Patrón de esta ciudad,olvidándonos al presente por sus paisanos los franceses bloqueadores, por eltraidor Rivera y demás salvajes unitarios; queda para siempre separado de suempleo de Patrono de Buenos Aires por convenir así a la seguridad pública y a la mejor y más eficaz protección de nuestros derechos en la Santa Causa de laConfederación.
2º Atendida la antigüedad de sus servicios se le acuerda por vía de retiro y jubilación la pensión de cuatro velas de cera a libra, y una misa rezada en su altarpropio dc la catedral que recibirá todos los años en su día.
3º Queda nombrado Patrón de la ciudad, el ciudadano naturalizado San Ignaciode Loyola, con el grado y honores de Brigadier General de la República y el usode la divisa federal.
4º La misma divisa llevarán en adelante todos sus hijos, gozando perpetuamente la pensión de 800 pesos mensuales que se les asigna.
5º El Excmo. Santo Patrón optará todos los años en la catedral las mismascuarenta horas con sermón que se hacían a su antecesor, sin perjuicio de las quese le hagan en el tiempo propio.
6º Habrá todos los años iluminación pública, fuegos artificiales, palo, sortija ycarne con cuero en la plaza desde la víspera, y por tres días consecutivos, a sufunción; asistiendo las naciones africanas con sus danzas nacionales del candombe y malambo.
7º Su instalación se hará el presente año en la Iglesia Catedral, con asistencia del Gobierno representado por su ministro de Relaciones Exteriores y Culto, y detodas las corporaciones civiles y militares, el día que el Gobierno designare. Bajo el ceremonial siguiente:Habrá en la víspera y el día formación general del ejército, desde la Casa de losRR. PP. Jesuitas a la catedral, mandada por el Inspector General de Armas.Los RR. PP. Jesuitas conducirán la víspera en andas la imagen de S. E. el SantoPatrón Federal en una procesión solemne desde su Casa a la Catedral,acompañados por el Reverendo Obispo diocesano, el Senado y clero de la iglesiay todas las comunidades religiosas; asistirán los niños de las escuelas con susmaestros, la cofradía africana de San Benito de Palermo, cuatro generalesllevarán las andas, y la tropa en formación le presentará armas a su tránsito haciendo una descarga general al entrar en su nueva iglesia el Santo Patrono. Lafortaleza y la almirante harán igualmente un saludo de artillería con sus cañonesa media carga.Mi primer edecán irá delante de las andas a caballo, en una montura del país, conpellón, cojinillo, sobre cincha y todo el correaje de color punzó, y testera y colera del mismo color, llevando el bastón de brigadier para el Santo Patrono y una capade tafilete con guarniciones doradas con este decreto dentro. La cual será puesta alos pies del Santo luego de colocado en el bautisterio, puesto en sus manos el bastón con una arenga que llevará de memoria uno de mis oficiales mayores querepresentará al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.
8º Comuníquese, publíquese, etc.”
Juan Manuel de Rosas. – Manuel Insiarte.”
Fue inserto por primera, vez en los diarios de Montevideo de 1839; no engañó a nadie, ni tampoco se proponía otra cosa que burlarse del estilo de Rosas, almismo tiempo que reírse de la religión católica, zaherir a los jesuitas y hacer un poco de mofa por las “victorias” alcanzadas, hasta entonces por los bloqueadores franceses. No tuvo otra trascendencia que hacer reír un rato en una y otra orilla.Pero ocurrió que después de la caída de Rosas, fueron tales las barbaridades quese dijeron sobre él y su gobierno, que el decreto fue tenido seriamente por auténtico. Un monstruo que ensillaba a sus servidores como caballos, vendía las cabezas de los unitarios como duraznos frescos y tenía en su sala de recibo lacabeza adobada en vinagre del coronel Zelarrayán; que tenía amores incestuosos con su hija y había simulado la muerte de su esposa, bien podía haberloredactado. Lo reprodujeron los diarios porteños de 1874 como una verdad sabida;de ellos lo tomaron los diarios ingleses (el Times entre otros) y por allí se enteróMáximo Terrero, yerno de Rosas, que creyó necesario desmentirlo. Se lo mandóa Rosas, y el anciano Restaurador se limitó a contestarle – el 10 de enero de 1875–: “Durante el tiempo que presidí el gobierno de Buenos Aires como su JefeSupremo, estuve siempre, gracias a Dios, en mi entero juicio. No hubo tal decreto”. Por si acaso Máximo creyera conveniente una aclaración en el Times de Londres, le adjuntaba de su archivo los documentos sobre las festividades anuales a San Martín de Tours, durante todo su gobierno.Ignoro si la rectificación salió en el Times. Pero no la publicaron los diarios deBuenos Aires, La Nación y La Prensa entre ellos.Si usted revisa los diarios de la época, encontrará la crónica de las ceremoniaspor San Martín de Tours repetida cada 11 de noviembre.Por el dejo volteriano del decreto atribuido a Rosas, por cierto encono contra los jesuitas que no se alcanza a ocultar, por la mofa a la Santa Causa, y por la burlade entrometer a las “naciones africanas” en las ceremonias públicas, se tuvo porsu autor a Dalmacio Vélez Sarsfield, por entonces muy volteriano, muy enemigode los jesuitas, muy unitario, muy “clase decente” y muy burlón.
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